En la semana 37 de embarazo, el bebé mide una media de 48,6 centímetros y pesa unos 2,859 kilos. Ahora, el fino lanugo que cubría su cuerpo empieza a caerse.
Junto con el líquido amniótico que traga, el bebé también traga la vernix caseosa y el lanugo que pierde, además de otras secreciones. Toda esa mezcla, que tiene un color negro o verde muy oscuro y se llama meconio, formará su primera caca, por eso, ¡no te asustes cuando le cambies los primeros pañales!
A partir de la semana 37, el recién nacido ya se considera un bebé a término. El bebé, continúa acumulando grasa bajo su piel que, tras el nacimiento, le ayudará a regular la temperatura corporal.
En esta semana, el feto ya suele estar en posición cefálica (con la cabeza hacia abajo). Si no está en esta posición, todavía es posible que se dé la vuelta (aunque suele ser muy poco frecuente). Si mantiene una posición diferente a la cefálica, es probable que se proponga una cesárea que se programará hacia las 38 o 39 semanas.
Siempre que puedas, descansa con los pies elevados o recuéstate sobre el lado izquierdo. Ambas posiciones aumentarán la circulación. Es necesario que bebas por lo menos ocho vasos de agua por día para eliminar desechos a través de los riñones, mover los intestinos y mantener alto tu nivel sanguíneo
¡Ya se acerca el momento! Es probable que te encuentres excitada y ansiosa a la espera del parto. Todas las mamás sienten incertidumbre, aunque no sea su primera vez. Habla con tu pareja de lo que te preocupe y haz que te acompañe a las visitas prenatales.
¿Cuándo hay que ir a la clínica o al hospital? En la 37 semanas de embarazo, seguro que tu ginecólogo ya te ha informado sobre cuáles son las señales del parto: Pérdida del tapón y rotura de las membranas, que provoca la pérdida de líquido amniótico, (aunque no se produzcan contracciones), pérdidas de sangre o pequeñas pérdidas de mucosa (tapón mucoso), y contracciones (que aumentan progresivamente en intensidad y continuidad). Aunque se desencadenen estas señales, el nacimiento no tiene por qué ser inminente. No es necesario salir corriendo precipitadamente. Lo importante es mantener la calma, contactar con la persona que te va a acompañar en el parto, tener preparado todo lo necesario con tiempo y desplazarte hasta el lugar en el que va a nacer tu bebé con tranquilidad.
Seguimos con nuestro recorrido del embarazo semana a semana y puedes ver lo que sucede en la semana 36 de embarazo.